Técnica muy eficaz para inactivar los puntos gatillo miofasciales, los cuales se caracterizan por tener dolor en la zona y dolor referido. Son activados por diferentes causas, como un estrés mecánico (malas posturas, vida sedentaria, disfunción articular…), desajustes metabólicos o desarreglos nutricionales, estrés psicológico…
El principio básico es la acción mecánica y la consiguiente respuesta de espasmo local (contracción involuntaria de un músculo, necesaria e indicativa para el éxito de la técnica)
Las indicaciones varían, desde diagnósticos como las tendinitis, hombro doloroso, dolores de cabeza, fascitis plantar, trocanteritis, artrosis rodilla, debilidad muscular, rigidez…